Ed Mitchell

Ed Mitchell

Story by Tara Lohan | Photography by Sarah Craig

Ed Mitchell se postula de candidato a la Junta de Supervisores del Condado de Monterey y quiere proteger la integridad agrícola del valle por el peligro del fracking. (Sarah Craig)

"Running for Office" by Faces of Fracking, CC BY-NC-ND 4.0

Ed Mitchell
Salinas, CA

De una carrera militar y de ingeniería a combatir contra el fracking – conozca a uno de los candidatos más interesantes en la boleta electoral de noviembre.

Un carro Jaguar convertible, color negro, del 1957 recorre la costa de California, sobre en la autopista 1, a la par del mar. El océano lanza espumosas olas sobre las piedras. El coche va rumbo al norte entre Big Sur y Carmel con la capota baja y la radio prendida. El chofer, buen mozo, con el viento revoloteándole el cabello, es Clint Eastwood.

Ed Mitchell todavía se acuerda de esta escena con la cual comienza la película “Play it Again Misty” (Tócalo de Nuevo Misty) de 1971. Él la vio por primera vez cuando era un chico de 14 años y vivía en una hogar de crianza en una zona rural de Washington. Él quería estar allí, en esa costa, en el hermoso condado de Monterrey. Ed es la determinación en persona.

Conocí a Ed, que ahora tiene 67 años, este verano cuando él estaba en plena campaña para ganar un puesto en la Junta de Supervisores del Condado de Monterrey. En una elección primaria de junio para su distrito, obtuvo un poco más del 39 por ciento del voto – no suficiente para ganarle al titular John Phillips (que consiguió 49 por ciento), pero lo suficiente para forzar un desempate en noviembre.

Ed es el tipo de hombre que te da un firme apretón de manos y una gran sonrisa. Tiene el cabello gris engominado hacia atrás, un bigote negro bien mantenido, y lleva sombrero de vaquero y su camisa abotonada. Tiene un poco de hombre de campo y un poco de hombre de negocios.

Había visto su fotografía muchas veces en el sito web de su campaña y otras publicaciones. Cuando me invitó a su casa y a conocer sus caballos, yo esperaba ver una camioneta en la cochera —  algo que hiciera juego con el sombrero y el rancho. Sin embargo, había un Mini Cooper con una foto de su rostro en una de las puertas. Ed, me di cuenta, también está lleno de sorpresas.

Su última cruzada es algo como una sorpresa, incluso para él mismo. No la parte de postularse como candidato, sino aquella cruzada en la cual se ha convertido en fuerte crítico de los riesgos del fracking – la práctica controversial de la industria de petróleo y gas de estallar agua, arena y productos químicos bajo tierra a alta presión para extraer el petróleo y el gas. Lo “metieron en el gran lío de que me importara un carajo,” me dice bromeando. Al principio podría parecer poco probable que Ed, un tipo de carrera militar e ingeniero aeroespacial, se convertiría en activista contra el fracking – pero eso es solo si tienes una vista limitada de los impactos del fracking y Ed no la tiene.

Entrar de lleno a la lucha contra el fracking

Hace tres años cuando Ed asistió a una reunión de la Junta de Supervisores, uno de los temas que surgió en la agenda fue para la autorización de la perforación petrolífera en la parte sur del condado, en terrenos bajo propiedad del Bureau of Land Management (BLM – Agencia de Administración de Tierras). En el Condado Sur también se ubica el Campo Petrolífero San Ardo donde, según tenía entendido Ed, se había estado llevando a cabo perforaciones sin incidentes desde los años 40.

Ed vive en el Condado Norte, así que casi ni prestaba atención a la discusión de las autorizaciones para la perforación. “Entonces dijeron ‘fracking’ y yo casi me caigo de mi silla,” dijo Ed. “Siendo ingeniero a quien le importa la tecnología, resulta que sé lo que es el fracking.”

El Condado de Monterey es el hogar del Valle de Salinas, conocida como la "ensaladera del mundo." (Sarah Craig)

"Salad Bowl of the World" by Faces of Fracking, CC BY-NC-ND 4.0

Así que Ed se puso de pie para hablar – espontáneamente. Fue el comienzo de su lucha pública contra el fracking. Lo que Ed no sabía en ese momento, era que la lucha contra esas autorizaciones para la perforación iba a llevar años y el resultado sería increíblemente importante para toda California.

Pero ese día él se puso de pie y le dijo a la Junta de Supervisores que éste era el peor lugar para la fracturación hidráulica; estaba cerca de la cabecera del Río Salinas. “Éste es el bol de ensalada del mundo,” dijo. “Tenemos abastecimiento de solo una fuente de agua y si esa es contaminada por los desechos altamente tóxicos del fracking, entonces la industria agrícola, que es sumamente rentable en el Valle de Salinas, va a verse muy afectada.”

Es posible que muchos conozcan el Condado de Monterrey no por sus verduras, sino por sus playas, bahías y pueblos de gente rica. Pero también queda ahí el menos visitado aunque no menos vital Valle de Salinas. Es la musa de numerosas novelas de John Steinbeck y la probable fuente de la mayoría de la ensalada que usted consume. Ahí, la agricultura produce más de $4 mil millones anuales y 45,000 trabajos.

Atravesando el valle se encuentra el Río Salinas, que hace un acto de desaparición durante los veranos secos, hundiéndose y bajando en picada rumbo noroeste por 170 millas antes de ser tragado por la gran embocadura de la Bahía de Monterrey.

Ed cree que el fracking impone un riesgo a las tierras agrícolas del condado al poner en peligro la cuenca, incluyendo el Río Salinas, sus tributarios y embalses y los acuíferos subterráneos de los cuales depende la mayoría de la gente para el agua. Un derrame de los líquidos del fracking o residuos de agua del proceso pueden contaminar el agua de la superficie o filtrarse bajo tierra. Y también está el peligro de que el agua subterránea sea contaminada si el liquido del fracking, que contiene numerosos productos químicos tóxicos, se filtra por las grietas en la barrera de cemento en el pozo perforado o por las fisuras en las capas de piedra subterráneas.

La posibilidad de tener muy poca agua o que se contaminen los recursos que nos quedan es un problema serio para el Condado de Monterrey, como lo es en la mayoría de la sedienta California. El pozo en el rancho de Ed se secó por primera vez en 1995 y en dos ocasiones ya ha tenido que hacer perforaciones aún más profundas. El acuífero, que guarda el agua subterránea de la zona, tiene un sobreuso severo – se saca más agua de la que se repone. Es una cuenta bancaria en rojo.

Sin agua, los granjeros y viticultores tendrían grandes problemas. Aunque para Ed fue el coche veloz de Clint Eastwood y los caminos sinuosos de la costa del Condado de Monterrey que le llamaron la atención por primera vez, fue la sensación agrícola de la zona que le hizo decidir, hace 23 años, junto con su esposa, comprar una casa en Prunedale, al borde norte del Valle de Salinas. Su decisión de postularse como candidato y tomar una postura en contra del fracking surge de su deseo de proteger la integridad rural del condado — sus ranchos, granjas y espacios abiertos.

Para llegar a la casa de Ed, tienes que serpentear el camino atravesando un cañón arboleado, pasando cabras y patos y alpacas vecinas. Un cartel en el portón marca su entrada y es un nombre apto — el Ranch Forgotten (Rancho Olvidado). El lugar estaba en malas condiciones cuando Ed y Jan lo compraron —  pero lo arreglaron, derrumbaron árboles, desmalezaron terrenos para pastura y ahora el rancho alberga caballos rescatados para el Redwings Horse Sanctuary (Santuario de Caballos Redwing), una organización sin fines de lucro. Los caballos que llegan al Rancho Olvidado a menudo solo permanecen allí temporariamente, albergados por un tiempo antes de ser mandados a hogares más permanentes.

Ed y su esposa convirtieron su rancho en el norte del Condado de Monterey en un santuario para caballos rescatados. (Sarah Craig)

"Ranch Forgotten" by Faces of Fracking, CC BY-NC-ND 4.0

Se parece un poco a la historia particular de Ed.

A los 14 años él fue a dar a una granja productora de lácteos, albergado por una familia de crianza de origen finlandés al oeste del estado de Washington. Eran, como dice Ed riéndose, “la gente más blanca en la tierra.” Comparándolo con el hogar abusivo de donde había llegado, Ed se sentía afortunado. Pero no fue una vida fácil. Más que nada se acuerda de pasar mucho frío. “Te levantas temprano en la mañana, sin calefacción, hace frío,” recuerda. “Te vistes rápidamente, sales afuera, trabajas por un par de horas. Cuando te crías en una granja de lácteos aprendes mucha responsabilidad.”

También aprendió que quería salirse de ahí. Siendo un niño de crianza significaba ser diferente y ya estaba harto de eso. Entonces, no es sorprendente que haya terminado asistiendo con mucho esfuerzo a West Point (su otra opción era irse a Vietnam) después de un año en una escuela militar y varios intentos desesperados para conseguir becas. “Yo era uno de esos chicos pobres con mucha determinación que iba a salirme de donde estaba e irme a un lugar mejor,” dice.

Viéndolo bien, la historia de Ed es algo como la historia prototípica estadounidense de salir adelante por sus propios medios. Después de llegar a West Point, sirvió 25 años en el ejército, avanzando de la infantería a un entrenamiento avanzado en ingeniería y administración, trabajando con el Comando de Espacio Compartido. Asistió a la Escuela Naval de Graduados y se ganó una beca con la Corporación RAND. Salió del ejército y trabajó como ingeniero de sistemas aeroespaciales en Lockheed-Martin y después como consultor para compañías de alta tecnología. Fue ese entrenamiento que le enseñó algo de cómo evaluar riesgos.

“Vengo de la alta tecnología y tenemos una definición de riesgo, que es la probabilidad de que algo va a ocurrir, multiplicada por la consecuencia, es igual al valor del riesgo,” explica.

¿Se acuerda Ud. de ese desastre en el Golfo de México hace unos años con el Deepwater Horizon? “A pesar de tener salvaguardas, vigilancia gubernamental y algunas de las mejores personas de la industria petrolera del mundo, un evento de baja probabilidad ocurrió y devastó a la economía de cinco estados,” dijo Ed.

Él considera que hay una baja probabilidad que el fracking pueda dañar el agua del Condado de Monterrey, pero si esto fuera a pasar sería calamitoso, especialmente para la industria agrícola. Podría significar la pérdida de más trabajos en labranza de los que podrían ganarse en la perforación.

Su grupo ha agregado algo importante a la conversación más general sobre el fracking — un entremedio.

Uno de los más grandes riesgos podría ser el tembloroso suelo de California.

“Somos el campo petrolífero más sísmicamente activo,” dice el. “Tenemos la falta de San Andreas flotando por acá. Uno de los argumentos de los partidarios al fracking es que ellos pueden enterrar profundamente sus residuos de manera que no se filtrarían hacia el agua.”

Pero un terremoto podría poner esto en peligro. “Bien, podemos ganar dinero, podemos hacer la fracturación hidráulica en el valle,” dice Ed. “Es posible que no dañemos una pequeña planta, una pequeña lechuga que estamos cultivando, y que  hagamos mucho dinero. Y tal vez podamos mantener vivas a granjas que tienen solo una ganancia marginal. Pero, ¿qué pasa en dos generaciones? ¿Y si tienes un terremoto lo suficientemente fuerte para ocasionar una fisura y se sale toda esa cosa? Así que no es solo un problema de ahora.”

Es un problema generacional, afirma Ed.

Desde que escuchó por primera vez los planes de hacer fracturación hidráulica en el sur del Condado de Monterrey, él ha estado enfocado en cómo minimizar el daño.

Y aquí es donde Ed difiere de muchos otros activistas en contra del fracking. Ed cofundó un grupo llamado Protect Salinas Valley (Proteja el Valle de Salinas) y ha tomado la postura — con este grupo y en su campaña para la Junta de Supervisores — que ha llevado a que se le critique por parte de algunos grupos en apoyo del medio ambiente.

“Tomamos la postura de, ‘¿qué pasa si no lo puedes detener?,’” explica Ed. “Muchas de las organizaciones activistas dicen ‘simplemente deténlo, mátalo.’ Nosotros decimos, ‘Si tienes que vivir con el gorila, ¿cómo lo sometes para que no te haga daño?’ ¿Cómo vives si traes una industria exploradora a una existente industria agrícola? ¿Cómo hacer eso y no arruinar las cosas? Así que empezamos a hacer preguntas.”

A Ed le preocupa la posibilidad de que los residuos altamente tóxicos del fracking puedan contaminar el Valle de Salinas, que proporciona 45.000 puestos de trabajo agrícolas al año. (Sarah Craig)

"Salinas Valley" by Faces of Fracking, CC BY-NC-ND 4.0

A principios de esta primavera, la Comisión de Planificación del Condado de Monterrey emitió una ordenanza que prohíbe el fracking en las zonas residenciales del condado. Aunque a simple vista parecía una buena propuesta, dice Ed, significaba que todavía podías hacer la fracturación hidráulica en las zonas no incorporadas, las cuales de hecho son el 95 por ciento del condado. “Era buena la intención,” dice, pero dejaba demasiado sin protección.

En vez de que sucediera eso, Ed y otros activistas pidieron un moratorio de dos años que acompañara la ordenanza para que pudieran resolver cómo proteger el otro 95 por ciento del condado. La Comisión Planificadora aceptó su recomendación, pero por los últimos varios meses el plan ha estado en limbo, esperando la autorización de la Junta de Supervisores del condado. Ed piensa que los activistas organizados en su condado se adelantaron a la industria petrolífera, pero ahora la industria está poniendo presión — tratando de ganar un poco de tiempo.

Importancia a nivel estatal

En los últimos años ha habido un empuje por parte de una coalición de organizaciones (la mayoría perteneciente a Californians Against Fracking [Californianos Contra el Fracking]) y sus aliados políticos para aprobar un moratorio estatal contra el fracking en California. Hasta el momento, los esfuerzos han dado pocos resultados. El estado está tratando de redactar regulaciones para el fracking que puedan ayudar a aumentar la transparencia sobre el proceso y promulgar algunas salvaguardas, pero éstas no estarán listas sino hasta el verano del 2015. Y aún entones, no queda claro cuán efectivas serán.

En vez de una lucha estatal, muchos residentes y activistas preocupados han llevado la lucha al nivel del condado y este mes de noviembre tanto el cercano Condado de Santa Bárbara como el Condado de San Benito tendrán iniciativas electorales para los votantes para prohibir el fracking (y otras técnicas de producción a “alta intensidad”). El Condado de Santa Cruz aprobó una prohibición a principios de este año.

Aunque Ed está poniendo presión para que haya un moratorio de dos años, no está abogando por una prohibición en el Condado de Monterrey. La ordenanza escrita por su grupo protegería la cuenca del Valle de Salinas, que representa más o menos el 69 por ciento del condado. Él llama la ordenanza un “documento de mitigación de riesgo.”

“Nosotros dijimos, ‘hay que hablar sobre algunos de los impactos negativos que se están dando y que pueden afectar la labranza y los viticultores y la gente en el valle, y veamos cómo podemos evadirlos o limitarlos,’” dijo Ed. “Y nos ha permitido entrar en el debate y ser escuchados por algunas personas.” Aunque, no todos se han acoplado a su postura, y hasta tiene amigos que le han dicho que se ha vendido a las compañías petroleras. Pero su grupo ha agregado algo importante a la conversación más general sobre el fracking — un punto común.

Yo he seguido los impactos del fracking en comunidades a lo largo del país por años y a las personas que se han alzado para luchar en su contra. Algunos son activistas de carrera, pero muchos más son activistas accidentales – gente normal que acepta el reto porque el problema impacta sus vidas repentinamente. En conjunto, son un grupo diverso de personas, que abarca desde los que manejan coches híbridos y tiran hacia la izquierda, hasta republicanos miembros de la NRA. No tienes que ser liberal para querer agua y aire limpio. Pero eso no siempre queda claro en la cobertura que da la prensa.

“Pintan a los activistas como ‘bueno, son extremistas, son ecologistas, anti estadounidenses, no quieren balancear el presupuesto,’” dice Ed. Pero él ve a los activistas en su condado como la tendencia mayoritaria — aún los que toman una posición más fuerte que él. “No son extremos de ninguna forma. Estos son problemas válidos y necesitan ser discutidos” dice.

Se aproxima el día de la decisión

Aunque todavía no se ha hecho mucho fracking en el condado, las compañías están interesadas. Ed descubrió esto en la reunión de la Junta de Supervisores hace tres años. Esos permisos de perforación de los cuales se enteró ese día eran parte de una historia más grande.

En septiembre de 2011, el BLM vendió en subasta 2,500 hectáreas de terrenos en el Condado Sur a las compañías petroleras. El Sierra Club y el Center for Biological Diversity (Centro para la Diversidad Biológica) puso una demanda, cuyo argumento fue que la agencia no consideró los impactos del fracking. En abril de 2013 un juez federal emitió un fallo estableciendo que el BLM de hecho había violado la National Environmental Policy Act (Ley Nacional de Política para el Medio Ambiente) al no examinar de manera adecuada cómo el fracking pudiera impactar la tierra arrendada.

El 4 de noviembre, Ed aprenderá si él es elegido a la Junta de Supervisores del condado. Tiene la esperanza de ser un defensor de la prevención de la fractura hidráulica que dañe el valle. (Sarah Craig)

"Ed Mitchell for Supervisor" by Faces of Fracking, CC BY-NC-ND 4.0

Después de la decisión, el BLM comisionó un estudio técnico para investigar la tecnología de estimulación de pozos (WST por sus siglas en ingles), que incluye el fracking. Su estudio fue publicado en septiembre, justo días después que conocí a Ed.

Sin embargo, desde el principio el estudio tenía problemas. Para empezar, estaba basado en una reconocida falta de información. Se fundamentaba principalmente en estudios científicos revisados por colegas, pero también decía que esos estudios son de hecho “muy limitados.” También se analizaron los datos voluntarios de la industria, que el estudio admite, “no se requiere que sean completos o precisos.”

El alcance del estudio también fue muy limitado, ya que se examinaron principalmente los impactos directos, ignorando en gran medida los impactos indirectos, aunque éstos a menudo son muy sustanciales e incluyen cosas como el aumento de tráfico de camiones y la gestión de millones de galones de aguas residuales tóxicas.

Ed dice que el hallazgo más preocupante del informe fue que demuestra que el fracking en California a menudo ocurre a poca profundidad, lo cual plantea un riesgo aún mayor para las aguas subterráneas en comparación con otros estados donde el fracking ocurre a más profundidad. También fue preocupante que se encontró que algunos de los productos químicos utilizados en el proceso tenían una “toxicidad aguda.” Pero de nuevo el informe era limitado ya que los datos de la industria eran solo los datos voluntarios, lo cual significa que es posible que algunos de los peores productos químicos no fueron revelados.

Con respecto a la demanda de agua, se encontró que las operaciones de tecnología de estimulación de pozos podían contribuir a restricciones locales sobre la disponibilidad del agua, especialmente durante las sequías (es decir, en la actualidad).

Los impactos al aire, encontró el estudio, no son muy malos. Pero eso es solo si se  comparan a la peor parte del estado – el Valle de San Joaquín – donde ocurre tres cuartos de toda la producción petrolera en la costa, la cual, como admite el informe, “a menudo está fuera de conformidad con respecto a las normas de calidad del aire.”

Basándose en todo eso y en el reconocimiento de información mala y limitada, los autores del informe de alguna manera determinaron que, “los impactos directos de WST parecen ser relativamente limitados para las prácticas industriales de hoy en día y es seguro que serán limitados en el futuro si se siguen prácticas apropiadas de administración.”

El resultado es esencialmente una luz verde para que el BLM empiece a ofrecer arrendamientos de nuevo a las compañías de petróleo y gas interesadas en fracking u otra estimulación de pozos. Supongo que es una conclusión apropiada, ya que se tomó una vista limitada, con información limitada. Y está en conformidad total con  nuestro enfoque en cuanto a la producción de petróleo y gas por todo el país – es posible que lo que desconocemos nos pueda causar daño, pero, ¿de qué sirve saberlo con seguridad? Es decir, perforar ahora, lidiar con las consecuencias después.

Esto es precisamente lo que Ed está tratando de evitar en el Condado de Monterrey pero revela muchísimo sobre lo que él y otros activistas enfrentan. Y hace que su posible elección a la Junta de Supervisores del condado sea más importante para los que se preocupan por el fracking.

En la noche de la elección, Ed estará con su equipo en el salón trasero del bar del restaurant local, Country Kitchen (la Cocina de Campo). “El 4 de noviembre, mi vida cambia de manera significativa de una manera u otra. Se elegirá un defensor para prevenir que el fracking dañe el valle o no,” dice.

Lo que está en juego, dice, es, “¿Cómo hacer una gestión real? No cómo ganar los próximos $100,000, sino, cómo realmente tener una economía que dure por las próximas dos generaciones y todavía poder tener agricultura, especialmente de esta zona que alimenta a gran parte de este mundo.”

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Faces of Fracking is a multimedia project telling the stories of people on the front lines of fracking in California.